Hace quince años que en España no se celebraba un cara a cara en televisión. El primer debate antes de las elecciones del 9 de Marzo entre los candidatos del PSOE y del PP a la presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, se celebró el pasado lunes 25 de febrero. Para los expertos, este tipo de debate es uno de los instrumentos de campaña electoral que más movilizan e influyen en el sufragio.
Los dos candidatos mantuvieron un duro y trabado debate en el que ambos repasaron los principales argumentos de la legislatura y apenas hablaron sobre las expectativas de futuro. Cosa que les hubiera servido para ganar votos del electorado indeciso o menos militante que es de vital importancia para que puedan ganar las elecciones. Así, los principales argumentos del candidato del PP, fueron la desaceleración, la inmigración, la negociación con ETA y el Estatuto catalán. Mientras que el candidato socialista apostó por hablar de la prosperidad, la solidaridad territorial, el progreso social y la deslealtad de la oposición. Los dos fueron agresivos en según que temas cuando se sentían atacados por su contrincante y se acusaron mutuamente de haber mentido.
Después del debate, todos los sondeos otorgaron la victoria a Zapatero, pero por escasa ventaja respecto a su contrincante. El motivo no es otro que ambos han mostrado continuidad en sus posiciones y nada nuevo, ninguna sorpresa. Todo sigue igual que antes del debate, no ha servido para desequilibrar la balanza.
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